jueves, 23 de febrero de 2012

Ayer y Hoy

Hay días en los que por mucho que intento verme en un espejo no reconozco la imagen que proyecto en él. No solo es difícil hacerlo por la perdida de peso, el pelo creciendo en descontrol o una mandíbula con rasgos mas marcados, no, es algo más a nivel psicológico.

Siento que la persona que se miraba en ese mismo espejo a mediados del mes de octubre de 2011 es una persona totalmente distinta a la que se mira hoy un 22 de febrero de 2012, ¿mejor persona? , ¿peor? no lo se, simplemente diferente. Distintas prioridades, objetivos modificados, sueños ligeramente alterados, motivaciones similares pero con métodos radicalmente opuestos.

Se podría decir que ahora me considero una persona con los pies más puestos en la tierra y la cabeza menos en las nubes, una persona que ha aprendido a apreciar los pequeños detalles del día a día para intentar disfrutar de todo un poco más. Alguien mucho menos ingenuo, con una visión del mundo mucho más realista y puede que con la sentencia de muerte definitiva de la inocencia que nos acompaña desde niños.

Por otra parte me he vuelto al mismo tiempo mucho más débil, dependiente hasta más no poder del cariño y amor de las personas que me importan, sensible y comprensivo con la gente que me rodea, algo cabezota y de vez en cuando orgulloso, aunque la mayoría de las veces sepa parar a tiempo. La nostalgia también se ha vuelto un componente importante de mi vida, a menudo recordando tiempos más inocentes en los que iba a clase, estudiaba, quedaba con mis amigos y no tenia una sola preocupación más.

Es ahora cuando me doy cuenta de que hay infinidad de cosas que damos por hechas durante nuestra  niñez y adolescencia, las cuales luego se nos echan encima. Siempre había creído por ejemplo que mis amigos del colegio iban a estar conmigo para siempre, después de todo en ese momento tenia la sensación de que los conocía casi más que a mi mismo a veces. Sin embargo todos hemos tomado caminos separados, y mantener el contacto se hace más difícil con cada nuevo día que se apaga en nuestras vidas. Triste pero cierta realidad, nos estamos distanciando. Por supuesto se que hay gente que nunca perderé, pero dentro de mi cabezonería siento que no quiero perder a nadie, ni siquiera con los que he tenido problemas.

Puede parecer que no disfrute mi presente con tanta letra nostálgica, pero no es así, es más puedo asegurar que ahora soy más feliz de lo que he sido nunca. Tengo a alguien en mi vida que me completa totalmente, somos dos mitades opuestas de un viejo colgante que encajan perfectamente a cada centímetro de unión, fabricadas para ser una sola, creadas para estar unidas.

Llamadlo media naranja, fresa, manzana alma gemela o el título que le queráis poner, pero solo se que cuando miro fijamente a través de esos ojos verde cristalinos, no solo siento calidez, ternura, protección, seguridad, pasión, celos, amor, amistad, y una larga lista más, sino que también veo el futuro, me veo en setenta años mirando exactamente a los mismos ojos mientras suspiro suavemente y tomo su mano junto a la mía una vez más, justo como ahora. Pues el paso del tiempo no puede marchitar algo tan especial, solo hacerlo más fuerte...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas populares