martes, 26 de julio de 2011

Prohibido enamorarse...

Sigo sorprendiéndome como las cosas cambian tan rápido de tonalidad, como un negro azabache puede volverse por arte de magia un rojo carmesí.

Tumbado a tu lado solo tenia en mente dormir, o en su defecto esperar a que durmieses para observar ese angelical rostro respirando lentamente. Al entrar en contacto con tu piel sentí la imperiosa necesidad de abrazarte, pero saqué fuerzas de mi interior y me obligue a mi mismo a controlarme.

Una vez más nuestros cuerpos se rozaron, y de pronto me di cuenta de que no llevabas nada de ropa puesta. Tuve un pensamiento lujurioso que fue rápidamente sustituido por mi cordura, y un rápido pensamiento de "no puedes, no debes".

Dicen que por mucho que el espíritu sea fuerte la carne es débil, pero intente de todas las maneras demostrar lo contrario, controlar ese ansia interior que hace que nos asemejemos más a los animales de lo que pensamos.

Cuando me creía seguro de poder resistir note tu mano recorriendo mi espalda hacia abajo, acariciándome suavemente, recorriendo cuanto ansiabas por conocer. En menos de un segundo estábamos ya pegados totalmente, jugando con los labios como si fueran el centro del mundo, perfilando la mirada para poder comerte con lo ojos también. El sabor de tu piel desnuda casi me deja sin palabras, al recorrer tu cuerpo con mi lengua note tus suaves dedos acariciando mi pelo, tratándolo como al más suave tesoro que hayas tenido que cuidar.

Todo en ti me fascino desde el primer momento, tu yo como persona, tu cuerpo, tu olor, y ahora mucho más tu sabor. Pero después de esto habrá que ser extraños otra vez, porque lo que nuestro instinto animal nos lleva a hacer esta mal visto por los demás. Somos traviesos, pícaros y juguetones, pero ciertamente somos arriesgados, porque nada de esto esta bien y ambos lo sabemos, pero que más da lo que este bien y mal mientras tu y yo estemos conectados por algo más fuerte que todo eso.

Lo dije en un momento y lo volveré a hacer, por mucho que intente negarlo el fruto prohibido es siempre el más delicioso.

martes, 19 de julio de 2011

Dulces promesas...

Sentir la brisa en la piel ya no me produce la misma sensación que me hacía antes, hubo un tiempo en el que me hacia sentirme libre y despreocupado, pero ahora lo único que consigue es recordarme que tus brazos y tu cuerpo no están pegados al mio.

Fue un momento que me calo bastante la verdad, aun recuerdo como me mirabas con esos ojos de corderito degollado que tanto me gustan, esa mirada tan inocente que dice "no he sido yo" y que oculta un lado mucho más travieso. Me derrito solo de recordar cuan cerca de mi cuello tuve tus labios, y como olía tu ropa y tu cabello.

Cada palabra que penetraba en mi oído me hacia sentirme seguro y totalmente tranquilo, el tiempo a nuestro alrededor se desvanecía demasiado deprisa, sediento de arrebatarme unos momentos felices que atesoro en mi interior. No creo que ni tu puedas entender como consigues darle la vuelta a todo mi mundo al acercarte a mi piel, es como un magnetismo que consigue remover sentimientos que estaban enterrados en lo más profundo de mi ser.

Pero lo bueno no dura, y la rutina se apodera de nuestras vidas una vez más, cada uno por su lado como me suelen decir. Ahora cada uno tiene su vida y no existe para el otro, aun yo sabiendo que en lo más profundo de tu interior quieres estar conmigo.

Pero no podemos, algo así no puede ser, llámalo distancia, celos, incomprensión no importa, lo único que es real es que no es y no será. Pero lo que más me duele a día de hoy, lo que más ha hecho que te odie por cada vez que te he amado, es que llenaste mi mundo de dulces promesas que nunca llegaste a cumplir...

Entradas populares