domingo, 3 de junio de 2012

Te añoro...

La sangre corre por mi cuerpo, mientras tanto mis venas y arterias rebosan de adrenalina, haciendo que cada uno de mis sentidos se sobre active cada instante del día. Los segundos, los minutos, y las horas pasan demasiado rápido, pero a la vez demasiado lento. No tengo casi tiempo para estudiar, y a la vez falta una eternidad para que me examine y todo pase, en verdad la relatividad es una puta y la odio.

Pasa el tiempo y los platos de comida vacíos se amontonan a mi alrededor, siento cada vez una sensación de ansiedad mayor en mi interior pero procuro obviarla, intento concentrarme en los problemas, en la teoría, en dejar de pensar en todo lo que me apetecería hacer en ese momento que no estoy haciendo.

Miro a mi alrededor y no te encuentro con la mirada, mis ojos se paran en la silla vacía que sueles coger cuando vienes para sentarte a mi lado, de ahí pasan al sofá en el que me encanta besarte y tumbarme a tu lado, y después descansan en mi mano vacía, abierta esperando a que la cierres con la tuya. Mis hombros también añoran el tacto de tus brazos rodeándolos, al igual que mi cuello el calor de tu aliento, que mis labios el sabor de tu cuerpo, mi nariz el aroma de tu piel, mis dedos la suavidad de tus cabellos...

Todo mi cuerpo se revuelve esperando que vuelvas, teniendo fe en que la otra pieza del puzzle venga para estar completos. Solo quiero que termine toda esta mierda, dejar de sentir que me juego mi futuro en un par de horas, solo quiero abandonarme desnudo entre tus brazo una vez más, y simplemente dejar de pensar.

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