lunes, 7 de febrero de 2011

Mantenlo junto a mi...

A grandes males grandes remedios, a sueños perdidos esperanzas renovadas, a amores imposibles rollos sin sentido.

Fácil norma no es cierto?, hay veces que me pregunto que hace falta para que una persona deje de tropezar dos veces con la misma piedra, pero es imposible, es simplemente algo latente en nuestra naturaleza. Con estas y un millar de ideas más en la cabeza decidí ir a una fiesta con unos amigos que intentaban animarme, aunque yo sabia perfectamente que era lo que necesitaba.

Llegue al umbral de una habitación de tonos rojo carmesí y blanco pálido, en un principio trate de alejarme un poco de la gente para relajarme un poco, pero mi cuerpo respondió inevitablemente ante el ritmo de la música y salí a una pequeña pista de baile improvisada por algunas luces intermitentes y focos de colores.

Este es uno de los momentos en los que más cómodo me siento, simplemente moviendo el cuerpo al ritmo de la música y dejando mi cabeza a merced de mis instintos. Entonces fue cuando capte tu atención, te vi algo tímida sentada cerca de uno de los altavoces, con miradas esquivas pude notar como te ruborizabas al observar atentamente la pista con esos tiernos ojos que mezclaban una sensación de deseo e inocencia por partes iguales.

Lentamente me acerque para tomar tu mano, con mucho cuidado, procurando no asustarte, y atraje tu cuerpo al mio al ritmo de una melodía algo más lenta. No te haces a la idea lo increíblemente atractiva que me pareció tu torpe forma de bailar, te daba un encanto tal que conseguías que mi corazón se desbocase a cada paso que dabas en mi dirección.

Con un leve susurro no pude evitar exclamar unas suaves rimas a tu oído.

"En el fondo del abismo me hayaba hundido"
"Pero por suerte tu rostro me salvo del peligro"
"Mil y una noches me he pasado siguiendo tu estela"
"Pero no alcanzaba a imaginar que serias tan bella"
"Y ahora que estas junto a mi solo me queda un interrogante"
"¿Juntaras tu cuerpo al mio hasta que este quede jadeante?"

Pude notar como te acalorabas en mis brazos y sonreías lentamente al mirarme, alcance tus labios con un pequeño movimiento y me uní a ti para siempre desde ese momento. Ahora que por fin estamos juntos, ni siquiera el fin del mundo podrá volver a separarnos....

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