jueves, 9 de diciembre de 2010

A la luz de la luna carmesí....

Ya no aguanto más, pones a prueba mi fuerza de voluntad.

En mi puerta nuestros labios se juntan en un beso que esconde mucho más de lo que parece, empujamos la puerta, caemos en la cama y el resto del mundo desaparece. Recorro con mi boca tu mandíbula, tus pómulos, saboreo tus labios, me pierdo en tu lengua.

La ropa comienza a caer a nuestro alrededor a un ritmo acelerado, mis manos comienzan a bajar por tus caderas y noto como tu respiración aumenta. Nuestros cuerpos desnudos entran en contacto y mientras el ardiente calor de tu piel desboca mi corazón tus manos juguetean traviesas recorriendo mi espalda.

La luz de las estrellas nos baña con suavidad, encima tuyo observo atentamente tu rostro. Tus ojos azules me atraviesan y consiguen desenterrar sentimientos que creí que nunca volvería a tener, entonces dices con ternura.

-Te AMO

Te respondo con un dulce beso y me acerco lo bastante para que nuestros cuerpos encajen y se fundan como la pieza de un mismo puzzle. Entre jadeos y respiraciones aceleradas gimes, y entonces te susurro con suavidad al oído.

-Eres el hueco que faltaba en mi alma

Con una sonrisa y tras un nuevo beso nuestros cuerpos explotan de pura pasión. La habitación entera arde de deseo y lujuria, pero también de amor y ternura, la unión perfecta entre la carne y el espíritu, entre el corazón y el alma, tu y yo un solo mundo.

A la luz de una luna carmesí sobran las palabras para demostrar el amor que se le ofrece a una persona en su más puro estilo, ¿Porque privarnos de poder demostrarlo?

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